El desarrollo de estudios superiores constituye una etapa crucial en la formación de cualquier profesional. Esta fase sienta las bases del conocimiento y el criterio, moldeando a los individuos para que contribuyan de manera significativa tanto en su entorno familiar como en la sociedad en general. Por lo tanto, la elección de una institución que proporcione las herramientas adecuadas para el camino académico es de suma importancia para aquellos que tienen aspiraciones, metas y un deseo de crecimiento personal.
Durante mi recorrido por la Universidad Marista, Ciudad de México , he tenido la oportunidad de explorar diversas facetas que han influido en mi desarrollo actual. Sin embargo, hay dos conceptos principales que merecen ser destacados:
En primer lugar, la promoción de una educación integral y humanista. Es raro encontrar una institución que permita a sus alumnos desarrollarse libremente sin imponer una ideología política, social o cultural. Sin embargo, en mi alma mater siempre he tenido la oportunidad de explorar y estudiar cada autor, libro y concepto desde mis propios valores y creencias, fomentando un profundo respeto y empatía por mis convicciones y los principios que rigen nuestra comunidad: “Ser para Servir”.
Como segundo concepto, la importancia de contar con profesores experimentados y apasionados por su labor. Estos mentores desempeñan un papel fundamental al guiar a los estudiantes a través de las complejidades del desarrollo profesional. Los docentes de nuestra institución son individuos de gran valía tanto en el ámbito académico como en el profesional, comprometidos con la formación de una futura generación capaz de impactar positivamente en la sociedad. En muchos casos, estos profesores no solo son maestros, sino también amigos y colegas que comparten su conocimiento y apoyo de manera incondicional.
Ante estas reflexiones, invito al lector a cuestionarse: ¿Por qué elegir la Universidad Marista, Ciudad de México? La respuesta es simple: no se trata solo de un lugar de estudio, es mucho más que eso; es un hogar donde se cultivan valores y principios, donde se forman profesionales de excelencia, donde se fomenta el espíritu emprendedor. Es un espacio que nutre el sentido moral y humano, característico de la comunidad marista.
Por último, me gustaría expresar mi sincero agradecimiento a mi segunda familia, la Universidad Marista CDMX. No solo me brindó la oportunidad de completar mis estudios universitarios y de posgrado, sino que también me inspiró a soñar en grande y me proporcionó las herramientas necesarias para convertir esos sueños en realidad. Gracias a esta institución, he construido amistades duraderas que me han ayudado a crecer como persona y he tenido el privilegio de contar con profesores que han trascendido su papel docente para convertirse en mentores y amigos. Con este espíritu de gratitud, continúo comprometido a servir a quienes más lo necesitan, llevando conmigo los valores y enseñanzas que he adquirido en mi paso por esta Honorable Institución.
Mtro. Joshua Eduardo Soto Salazar
Egresado de la Facultad de Derecho