El pasado 17 de julio, la Universidad Marista CDMX dio inicio a su primer curso dirigido a adultos mayores, marcando un hito significativo con su primera generación de participantes. Este curso, diseñado especialmente para ellos, incluye una variedad de actividades enriquecedoras como manualidades, talleres conversatorios, tanatología, formación humana y comunicación.

La experiencia con esta primera generación ha sido profundamente inspiradora. Nos ha recordado que nuestros adultos mayores continúan siendo innovadores, creativos y extremadamente divertidos. Su entusiasmo y participación activa han demostrado que son seres humanos maravillosos en toda la extensión de la palabra, y que siempre debemos valorarlos y nunca subestimarlos.

Cada actividad y taller ha sido una oportunidad para aprender y compartir, tanto para los participantes como para nosotros como institución. Este curso no solo busca proporcionar conocimientos y habilidades, sino también fortalecer los lazos comunitarios y promover el bienestar integral de los adultos mayores.

En las sesiones de manualidades, los participantes han podido explorar su creatividad, produciendo piezas únicas y demostrando su habilidad artesanal. Los talleres conversatorios han fomentado un espacio de diálogo y reflexión, donde se comparten experiencias de vida y se construyen relaciones significativas. El taller de tanatología ha brindado herramientas valiosas para afrontar y comprender el proceso de la vida y la muerte, ofreciendo consuelo y claridad.

La formación humana y los talleres de comunicación han sido esenciales para fortalecer la autoestima y las habilidades interpersonales de los participantes, recordándoles que son una parte vital y valiosa de nuestra comunidad.

Estamos emocionados y agradecidos por esta primera generación, que nos ha mostrado con su energía y sabiduría que siempre hay espacio para crecer y disfrutar de nuevas experiencias. Seguiremos trabajando con dedicación para ofrecerles programas que enriquezcan sus vidas y que les permitan seguir siendo el pilar fundamental de nuestra sociedad.

¡Gracias a todos los participantes por enseñarnos tanto y por ser parte de esta maravillosa aventura! En la Universidad Marista CDMX, valoramos profundamente a nuestros adultos mayores y estamos comprometidos a seguir creando espacios donde puedan florecer y ser felices.

Lic. Abril Lumbreras Sotomayor 

Coordinadora de Marketing Digital y Comunicación

Aunque han pasado 11 años desde mi graduación y he continuado mi formación académica en otras instituciones, siempre he destacado a la Universidad Marista (UMA) como la piedra angular de mi desarrollo profesional. Ninguna otra institución ha equipado mi trayectoria con las herramientas y valores que recibí en la UMA.

El despertar de la fe en San Marcelino Champagnat

Marcelino Champagnat nació el 20 de mayo de 1789 en Marlhes, un pequeño pueblo en las montañas del Centro-Este de Francia. Fue el noveno hijo de una familia profundamente arraigada en los valores cristianos. Su madre, María Teresa, y su tía, que tenía una gran devoción a la Virgen María, jugaron un papel crucial en su crianza. Su padre, Juan Bautista, además de trabajar en el campo y el comercio, estaba involucrado en la política regional, lo que posteriormente benefició a Marcelino al proporcionarle una visión amplia del mundo. Desde joven, Marcelino mostró facilidad para los trabajos manuales, proactividad y un gran interés por el conocimiento.

El desarrollo de estudios superiores constituye una etapa crucial en la formación de cualquier profesional. Esta fase sienta las bases del conocimiento y el criterio, moldeando a los individuos para que contribuyan de manera significativa tanto en su entorno familiar como en la sociedad en general. Por lo tanto, la elección de una institución que proporcione las herramientas adecuadas para el camino académico es de suma importancia para aquellos que tienen aspiraciones, metas y un deseo de crecimiento personal.

Mi profesor del Área I de la preparatoria, el Act. Jesús Fernando Menéndez, fue mi primer contacto actuario en mi vida y fue él quien me convenció de que la Universidad Marista era la mejor opción para mí. Chucho también sería mi maestro en la UMA, diferente a la preparatoria, mi calificación no fue la más alta ni con él ni en otras clases, así fue como aprendí que en Actuaría tendría que resistir a la frustración de reprobar exámenes, lo mismo sucedía con algunos compañeros, ya no éramos los mejores en matemáticas.