El día 6 de junio, se conmemora el día de San Marcelino Champagnat, un hombre que dejó una huella indeleble en el campo de la educación y la espiritualidad. San Marcelino, nacido el 20 de mayo de 1789 en Francia, fundó la Congregación de los Hermanos Maristas, una orden religiosa dedicada a la educación de los jóvenes, especialmente de aquellos que se encontraban en situaciones de vulnerabilidad.
La Universidad Marista de la Ciudad de México como parte de la Congregación de los Hermanos Maristas, realizó la Santa Misa en honor de San Marcelino Champagnat.
En punto de las 10 de la mañana los alumnos de bachillerato, directivos, docentes y el personal administrativo se reunieron en la explanada principal. El Padre Paul Amanakou fue el encargado de dirigir este momento de gozo.
Cantos, oraciones, agradecimientos acompañaron la ceremonia religiosa, en donde la comunidad estudiantil comprendió el gran legado de nuestro fundador.
La vida de San Marcelino Champagnat estuvo marcada por su profunda fe y su pasión por llevar el mensaje de amor de Dios a través de la educación. Como sacerdote católico, se sintió conmovido por la falta de educación y formación religiosa de los niños en las áreas rurales de Francia durante la época de la Revolución Industrial. Con una visión clara y un corazón lleno de compasión, fundó la Orden de los Hermanos Maristas en 1817.
Los Hermanos Maristas se dedicaron a proporcionar una educación integral, que no solo se centraba en los conocimientos académicos, sino también en el desarrollo de los valores morales y espirituales. San Marcelino creía firmemente que la educación era una herramienta poderosa para transformar la sociedad y empoderar a los jóvenes, especialmente a aquellos que eran más desfavorecidos.
El legado de San Marcelino Champagnat ha perdurado a lo largo de los años, y hoy en día los Hermanos Maristas continúan su obra en todo el mundo. Su red de instituciones educativas abarca más de 80 países, brindando educación a millones de estudiantes. Los principios y valores fundamentales que San Marcelino estableció, como la presencia amorosa, la simplicidad, la espiritualidad y el amor por el trabajo bien hecho, siguen siendo el núcleo de la educación marista.
En el día de San Marcelino Champagnat, es importante reflexionar sobre la importancia de la educación y la labor de aquellos que dedican su vida a formar a las generaciones futuras. Recordemos el compromiso de San Marcelino con los jóvenes y su pasión por la enseñanza, y reconozcamos el impacto duradero que ha tenido en la educación a nivel mundial.
Que este día nos inspire a seguir trabajando para brindar una educación de calidad, basada en valores humanos y espirituales, y a promover la inclusión y el desarrollo integral de todos los estudiantes. Honremos el legado de San Marcelino Champagnat y su incansable dedicación a la educación como una poderosa herramienta de transformación social.
GRACIAS SAN MARCELINO FUISTES MI GUIA EN TODA MI VIDA ESTUDIANTIL EN EL COLEGIO MARISTAS DE MARACAIBO ESTUDIÉ DESDE PRIMER GRADO HASTA GRADUARME DE BA BACHILLER EN 1963 De
GRACIAS SAN MARCELINO FUISTES MI GUIA EN TODA MI VIDA ESTUDIANTIL EN EL COLEGIO MARISTAS DE MARACAIBO ESTUDIÉ DESDE PRIMER GRADO HASTA GRADUARME DE BACHILLER EN 1963