Hemos llegado a un momento importante en la historia de nuestro país, de España y quizás en el mundo. Se cumple medio siglo desde la llegada de Hernán Cortés y de que su embarcación invadió nuestras costas y cambiaron de forma radical la vida como la conocían los antiguos pobladores de México.
Ante esto, se ha generado mucha discusión y controversia sobre lo que fue este acontecimiento, recientemente por declaraciones hechas por el presidente en turno, donde exige una disculpa hacia el pueblo mexicano por dicha invasión al gobierno Español. Acto que, para muchos simboliza una ridiculez, otros que lo jactan de valeroso y patriótico y unos más, que no le ven sentido. Ante esto, y muchos puntos de vista, me atrevo a redactar lo siguiente.
Cierto es que los españoles en su llegada a nuestro país, en un punto de vista personal, fueron un arma de doble filo de forma positiva y negativa, esta última vista desde las áreas de salud, educación, religión, dominación; entre más cosas, también, de manera positiva, abrió al mundo nuestro país, sin su llegada, creo no seriamos el país que somos ahora. Tal vez tendríamos las antiguas doctrinas de derecho del pueblo Azteca, los mismos ritos religiosos, la misma educación, o tal vez, de una forma “civilizada” pudieron abrir sus horizontes y llevar los altos conocimientos que tenían las culturas poderosas… es imposible de saberlo. La historia, destino o casualidad, como se le quiera ver, es la realidad que nos tocó vivir, es la historia por la que hoy estamos próximos a celebrar un año más de Independencia Nacional, es la historia que nos hace enorgullecernos de liberarnos de ciertos criterios que pudiesen o no estar mal, que simboliza lo que es México hoy en día.
De forma concreta, debo decir que deberíamos dejar un poco nuestro amor por la patria por un lado, porque seamos sinceros, no sabemos que sería la actualidad en México, si no fuera por ese hecho histórico, que marcó la pauta de nuestra realidad.
Aclaro, no digo que ciertos hechos y acciones por parte de los conquistadores fueran lo adecuado, pero si vemos el trasfondo de sus actos, encontramos una vertiente, la vertiente que civilizó al pueblo mexicano, que permitió el conocimiento general.
Así que bien, dejemos de lado toda esta “guerra” ideológica de un lado, dejemos ya de preguntarnos el: “¿Y si hubiera?”, porque esas respuestas jamás estarán al alcance de nuestras manos, disfrutemos el ser mexicanos, el país que es una mezcla riquísima de culturas locales y extranjeras, ser el país que impresiona al mundo.
Ricardo Ramírez Ramírez.
Estudiante de Primer Semestre en la Facultad de Derecho en la Universidad Marista.
13/09/2021.