Cada sesión se convirtió en una lección de vida. Nuestros adultos mayores no solo acudieron con entusiasmo y disposición, sino que nos enseñaron con su ejemplo a mirar el mundo desde una perspectiva más pausada, más atenta, más agradecida. Verlos abrirse con curiosidad genuina a nuevas experiencias, explorar sus talentos creativos y entregarse al aprendizaje con la humildad de quien sabe que nunca se termina de crecer, ha sido una inspiración constante.
La combinación entre su sabiduría y su capacidad de asombro nos recuerda que la vida es un viaje de aprendizaje continuo. Son personas 100% enseñables, que nos muestran que nunca es tarde para descubrir algo nuevo, para convivir, para reír, para compartir.
Es verdaderamente admirable la labor que realiza nuestra Universidad Marista Ciudad de México al abrir espacios como este, en los que nuestros adultos mayores encuentran un entorno respetuoso, cálido y estimulante, donde se sienten escuchados, valorados y motivados a seguir desarrollándose. Aquí se fortalece nuestra identidad institucional con el lema “Ser para Servir”, y se convierte en acción viva, cotidiana y tangible.
Este año, con mucha alegría, celebramos la segunda edición de este curso de verano. La Universidad Marista agradece profundamente a cada adulto mayor por confiar en nosotros, por dejarnos acompañarlos y, sobre todo, por permitirnos aprender de ustedes.
Recuerdo con especial cariño las palabras de nuestra querida Berthita, una de las participantes del curso, quien nos dijo un día: “Antes, mi pasatiempo era ver la televisión… Hoy, mi pasatiempo preferido es estar aquí y venir a mis clases.”
Palabras sencillas pero profundamente significativas, que reflejan el impacto positivo que este programa tiene en sus vidas.
Gracias a Universidad Marista por permitirnos contribuir, compartir y, sobre todo, aprender. Porque al final, en este curso no solo enseñamos… también recibimos valiosas lecciones que nos acompañarán para siempre.
Lorena Mendoza Alatorre
Dirección de Vida Estudiantil