Si me hubieran dicho hace varios años que hoy estaría aquí, representando a nuestra comunidad actuarial desde el Consejo Directivo del Colegio Nacional de Actuarios, probablemente habría sonreído con escepticismo. No por falta de convicción, sino porque este camino ha estado lleno de trabajo silencioso, aprendizajes continuos y conversaciones que han moldeado mi visión de lo que significa ser actuario en el mundo actual, un mundo muy diferente al que existía hace unos años cuando era estudiante de actuaría en la Universidad Marista de la Ciudad de México.
Hoy, al ser parte de este Consejo, no solo me siento honrada, sino profundamente comprometida. Esta no es una meta cumplida, sino una nueva etapa para seguir construyendo como gremio actuarial mexicano, impulsando la formación continua, fortaleciendo los lazos intergeneracionales e internacionales, y ampliando la voz de nuestra profesión más allá de sus fronteras.
Agradezco sinceramente a quienes confiaron en mí. A quienes votaron, pero también a quienes cuestionaron y aportaron ideas, definitivamente todo suma. Agradezco mis raíces, mis valores y mi formación actuarial en la UMA.
Esta nueva responsabilidad representa un lugar desde la cual seguiré aportando a nuestra profesión, trabajando activamente para que nuestra labor siga siendo reconocida como un pilar en la toma de decisiones estratégicas y seamos más visibles y aún más influyentes.
Anayelli Montagner Miranda
Segunda generación de la Licenciatura en Actuaría
(agosto 1999-diciembre 2003)